Es el
momento de escribirte lo que nunca fui capaz de decirte, a pesar de estar casi
segura que esto no lo leerás. Pero dicen que cuando sueltas las cosas el dolor
no se queda tan dentro. El año se acaba, pero no quiero que lo haga sin decirte
muchas cosas, cosas que me he callado porque no encontraba el momento indicado
o las mejores palabras para hacerlo. O porque simplemente no tenía el valor de
mirarte de nuevo a los ojos. No lo sé.
En estas últimas
horas del año quiero decirte que te extrañé los mas de 300 días que no
estuviste conmigo. Pero cerré el circulo que un día abrimos, aunque por tiempo te seguí
queriendo en “secreto” a pesar de no verte, de hablarte, de no escucharte… Que
estuve ahí acompañándote porque no quería dejarte ir o porque no sabía dejarte
ir.
Me molestaba
la idea de que desaparecieras de mi mente, que quedaras relegado al simple
recuerdo de algo que no fue, de algo que no fuimos, que no seremos. No quería
que fueras el amor que nunca tuve, por eso te conservé para mí.
Hoy, después
de todo este tiempo, de esperar a que regresaras. De pensar que cuando me daba un escalofrío era porque estabas pensando en mí,
después de todo eso… me di cuenta de que no fuiste creado para mí.
Yo sé que tu
todo esto ya lo sabias, y yo también lo sabía, pero no queríamos aceptarlos.
Suena patético, lo sé, pero existimos personas a las que nos enseñaron a querer
demás, damos todo sin quedarnos con nada. Damos todo sin que nadie nos lo pida.
Mendigamos el amor de una persona que nos regala una mirada, una sonrisa… así
como la sonrisa que tú me regalaste el 1 de marzo de 2014. Te lo juro que pensé
que eras el amor de mi vida, pero terminé viendo que fue solo eso, una sonrisa.
¿No?
Suena un
poco tonto pero después de esa sonrisa imaginé tantas cosas. Te soñé a mi lado,
soñé que hacíamos viajes juntos, soñé muchos atardeceres juntos, nos soñé
abrazados, y te soñé a ti con esa sonrisa que me regalaste el primer día.
Soñando juntos. Y un día desperté y me di cuenta de que a pesar de haber
conseguido que esos sueños a tu lado se hicieran reales, fue solo eso… un
sueño. Y cada vez que lo pensaba una lagrima recorría mi cara… Perdóname por
soñar e imaginar tantas cosas…
En unas
horas llegará el 2016, con 366 días nuevos. Para que hagas con ellos lo que
quieras. En un pasado me hubiera gustado mucho disfrutarlos juntos, pero ya entendí que no
puede ser así. Espero sinceramente que esos 366 días sean los mejores de tu
existencia. Enserio, de corazón lo deseo. Prometo ya no verte más, ya no
molestarte más, y disculpa si te sorprendí un poco, deberías recordar que suelo
pensar en grande. Tal vez demasiado grande. Solo te pido un favor antes de no
verte más. Regálame una última sonrisa para seguir recordando aquello que nunca
más vamos a tener.
Feliz 2016.