Translate

jueves, 31 de diciembre de 2015

Adiós 2015

Es el momento de escribirte lo que nunca fui capaz de decirte, a pesar de estar casi segura que esto no lo leerás. Pero dicen que cuando sueltas las cosas el dolor no se queda tan dentro. El año se acaba, pero no quiero que lo haga sin decirte muchas cosas, cosas que me he callado porque no encontraba el momento indicado o las mejores palabras para hacerlo. O porque simplemente no tenía el valor de mirarte de nuevo a los ojos. No lo sé.

En estas últimas horas del año quiero decirte que te extrañé los mas de 300 días que no estuviste conmigo. Pero cerré el circulo que un día abrimos, aunque por tiempo te seguí queriendo en “secreto” a pesar de no verte, de hablarte, de no escucharte… Que estuve ahí acompañándote porque no quería dejarte ir o porque no sabía dejarte ir.

Me molestaba la idea de que desaparecieras de mi mente, que quedaras relegado al simple recuerdo de algo que no fue, de algo que no fuimos, que no seremos. No quería que fueras el amor que nunca tuve, por eso te conservé para mí.

Hoy, después de todo este tiempo, de esperar a que regresaras. De pensar que cuando me daba un escalofrío era porque estabas pensando en mí, después de todo eso… me di cuenta de que no fuiste creado para mí.

Yo sé que tu todo esto ya lo sabias, y yo también lo sabía, pero no queríamos aceptarlos. Suena patético, lo sé, pero existimos personas a las que nos enseñaron a querer demás, damos todo sin quedarnos con nada. Damos todo sin que nadie nos lo pida. Mendigamos el amor de una persona que nos regala una mirada, una sonrisa… así como la sonrisa que tú me regalaste el 1 de marzo de 2014. Te lo juro que pensé que eras el amor de mi vida, pero terminé viendo que fue solo eso, una sonrisa. ¿No?

Suena un poco tonto pero después de esa sonrisa imaginé tantas cosas. Te soñé a mi lado, soñé que hacíamos viajes juntos, soñé muchos atardeceres juntos, nos soñé abrazados, y te soñé a ti con esa sonrisa que me regalaste el primer día. Soñando juntos. Y un día desperté y me di cuenta de que a pesar de haber conseguido que esos sueños a tu lado se hicieran reales, fue solo eso… un sueño. Y cada vez que lo pensaba una lagrima recorría mi cara… Perdóname por soñar e imaginar tantas cosas…

En unas horas llegará el 2016, con 366 días nuevos. Para que hagas con ellos lo que quieras. En un pasado me hubiera gustado mucho disfrutarlos juntos, pero ya entendí que no puede ser así. Espero sinceramente que esos 366 días sean los mejores de tu existencia. Enserio, de corazón lo deseo. Prometo ya no verte más, ya no molestarte más, y disculpa si te sorprendí un poco, deberías recordar que suelo pensar en grande. Tal vez demasiado grande. Solo te pido un favor antes de no verte más. Regálame una última sonrisa para seguir recordando aquello que nunca más vamos a tener.

Feliz 2016.

sábado, 13 de junio de 2015

Ahí estuve.

Ahora te importa, y recuerdas que siempre estuve ahí contigo, para lo malo, para lo peor, siendo siempre lo menos importante. Sí, ahí estuve. Consolando tus tristezas, celebrando tus logros y callando varios te lo dije después de tus fracasos. Siempre estuve ahí, haciéndote sentir importante, y pensando que mi amor no tendría fin. Y olvidando que además de amor tenía algo llamado paciencia, pero limitada. 

Sí, estuve ahí, contigo después de tantas oportunidades pedidas, nunca valoradas y mucho menos merecidas. Después de tantos regresos que no debieron darse, pero que se dieron porque tú no llevabas bien el estar solo y yo llevaba aun peor el estar sin ti. 

Sí, ahí estuve, leyendo tu adiós. Porque para ti no merecía ni escucharlo, sólo leerlo. Ahora sé que escribirlo era más fácil, pero también más cobarde. Sí, estuve echándote de menos, tanto que cuando pensaba en ti sentía un nudo en la garganta y unas ganas inmensas de llamarte. 

¿Sabes? Mi oculto orgullo ahora es más fuerte, con tus mentiras y con tus promesas incumplidas has ayudado a transformarme. Y en cuanto al daño que me hiciste, sí... yo te culpo, pero sólo por la primera mentira, el primer desplante, de todo lo demás, de ese inmenso mar, me culpo yo por haberlo permitido pensando que no sucedería nuevamente. Y si piensas que has muerto para mí; no, tranquilo. solo muere el que existe, y ese ser al que amé nunca existió... fue un invento tuyo alentado por una necesidad mía. 

No, no te odio. ¿Yo qué gano con odiarte? Tranquilo, no haré lo mismo que tú, no escribiré un adiós, porque sé que la vida nos seguirá poniendo largo tiempo cara a cara. No puedo evitar que eso suceda. Sin embargo, lo que si depende únicamente de mi es que desde ahora, y hasta ese día y ese momento, ¡YO! Comencé a olvidarte. 

domingo, 8 de marzo de 2015

Hay...

Te fuiste y no. Digamos que una parte de ti se quedó conmigo. Me acompaña a desayunar, me pasa la leche, me ayuda a cocinar, me cuida... Hay una parte de ti que me sigue cuando salgo. Que me abraza al despertar, que me quita la sabana,  que me da un beso en la frente y me escucha cuando tengo un mal sueño... Hay un trozo de ti que nunca se ha ido, que ahora esta mas presente que antes porque se nota en las ausencias, en los lugares que ya no visitamos juntos, en la voz que no me dice nada, en las risas que cada vez compartimos menos. Hay un pedazo Tu que quiere seguir con Yo, porque necesita volver a ser un Nosotros. Hay un fragmento de mi que sigue contigo, y lucha porque regreses conmigo, que suplica porque cortemos esta distancia que no sirve de nada. También se que hay una parte de ti que dice que no, pero sigue también la que te recuerda el si. Porque nos hacemos falta. Hay una parte en los dos que sabe que podemos salvar esto.

viernes, 27 de febrero de 2015

Roma arde.

-Roma arde. (Dijo mientras se servia otra copa). -Y sigo hundida hasta las rodillas en un río de hombres que ni miro...

-Aquí llega. (Pensó ella). 

Otra diatriba empapada en ginebra sobre lo maravilloso que era todo en el pasado. Y sobre como nosotras, pobres almas perdidas, nacimos tarde para ver a los Stom o para emborracharnos como ellos en el Estudio 54. Parece que todos nos hemos perdido aquello por lo que vale la pena vivir, y lo peor de todo es que ella estaba de acuerdo con el. 

-Aquí estamos. (Pensó ella). -En la cima del mundo. En el limite de la civilización occidental. 

Y todos nosotros estamos tan desesperados por sentir algo, cualquier cosa, que seguimos chocando unos contra otros y jodiéndonos el camino hasta el fin de los tiempos.